Aunque mi vida esté de sombras llena
No necesito amar, no necesito
Yo comprendo que amar es una pena
Y que una pena de amor es infinita
Y no necesito amar, tengo vergüenza
De volver a querer lo que he querido
Toda repetición es una ofensa
Y toda supresión es un olvido
Desdeñosa, semejante a los dioses
Yo seguiré luchando por mi suerte
Sin escuchar las espantadas voces
De los envenendados por la muerte
No necesito amar, absurdo fuera
Repetiré el sermón de la montaña
Por eso de llevar hasta que muera
Todo el odio inmortal que me acompaña